Nadie sabe porque la corriente nos llevo a determinada isla y no a aquella a la que soñábamos llegar. Y para mi asombro, otras personas estaban buscando aquella isla y la encontraron en alguno de mis libros. Una le cuenta a la otra: una cadena misteriosa se expande. Y aquello que el escritor juzgaba ser un trabajo solitario se transforma en un puente, en un barco, en un medio por el que las almas transitan y se comunican. A partir de ese instante ya no soy un hombre perdido en medio de la tempestad: me encuentro conmigo mismo a través de mis lectores. En algunos raros momentos, puedo mirar a alguna de estas personas a los ojos y comprender que tambien mi alma ya no esta sola.
Paulo Coelho
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