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18 septiembre, 2009

Los Amantes

Ella adoraba el sonido de la lluvia golpeando su ventana, la hacía sentir que estaba a salvo en casa. A veces olvidaba esa sensación dentro de ese lugar que no era suyo. 
El olor del asfalto mojado era otra cosa, aunque estaba en el quinto piso podía oler la lluvia caer en el suelo y rodar por la calle. Todo acerca de la lluvia le encantaba.

Eran las 3:17 de la madrugada y ella agradecía poder dormir unas horas más todavía en compañía de la creciente lluvia que amenazaba por convertirse en una tormenta. Por lo menos ya no estaba sola, pensó mientras se giraba para descubrir como siempre un vacío a su lado en la cama.

Le pidió a Dios por cualquiera que no tuviera un lugar donde vivir y que estaría allá afuera en medio de tanta lluvia, por lo menos estaba en su casa que aunque no le gustaba, la protegía del frío para poder dormir apreciando la lluvia y sus sonidos, ahora acompañados por el viento que soplaba con bastante fuerza.

Cuando cerró los ojos para disponerse a descansar un escalofrío se lo impidió. Fue como una caricia sobre su piel que de inmediato la hizo anhelar la compañía de su amante. Deseó sentir sus manos recorriendo su cuerpo y en ese instante quiso tenerlo allí para amarlo junto a la lluvia.

Desearlo no iba a traerlo a su cama, pero ese único pensamiento encendió su cuerpo como solo lograba hacerlo él cuanto la acariciaba. Quería tenerlo cerca, sentirlo en todo el cuerpo, tenerlo dentro una y otra vez y luego poder dormir a su lado hasta que el sol en la mañana los despertara.

Él siempre recorría todo su cuerpo con besos, la hacía gritar de placer cuando la tocaba y luego se convertían en un solo ser que se movía rítmicamente sintiendo miles de sensaciones nuevas. Pero él no estaba allí, estaba sola con la lluvia que ahora venía con truenos y luces que se colaban por las ventanas cerradas.

Cada sonido la hacía estremecer, tocarse y desear a su querido amante; cada relámpago era como sentir sus manos que la hacían estremecer mientras ella se recorría el cuerpo con ternura y rapidez. Necesitaba sentirlo todo, necesitaba gritar como cuando estaba con él. Se toco su sexo que estaba húmedo y a la espera de caricias, a cada trueno variaba el movimiento de sus manos, cada vez inventaba nuevas caricias para darse, se sentía muy viva.

Elevó su vientre para sentir la delicadeza y la brusquedad simultanea de sus dedos sobre su clítoris y agradeció a Dios por ser mujer, una mujer que sabe amarse aún estando lejos del ser querido, una mujer fuerte y femenina.

Podía gemir y gritar, podía sentirlo todo, la lluvia era su amante de esa noche y fue un relámpago al entrar por la ventana el que la vio llegar al límite de su propio placer. Desnuda, satisfecha y feliz relajó su cuerpo, respiro profundo y se dispuso a dormir apaciblemente las horas que le quedaban antes del amanecer.

Él, muy lejos, esa noche pensó en ella. Era una noche clara de luna llena y extrañaba tanto a su amante que casi podía oler el perfume de su piel y su pelo. La imagino dormir cómodamente en su cama y deseo que ella estuviera soñando con él como él la deseaba en ese momento.

Ella era impredecible, disfrutaba besar su cuerpo y sentir como gemía de placer. Ella lo sorprendía con caricias inesperadas, tan maravillosas que cualquier hombre simplemente la adoraría en seguida. Era muy femenina y delicada, pero fuerte y decidida.

Pronto iba a tenerla en sus brazos para embriagarse con el sabor de sus deliciosos labios. Era, sin duda alguna, una mujer apasionante, pensó mientras fumaba su último cigarrillo del día y se dejaba hundir en un sueño profundo en el que podía ver su rostro y acariciar su piel.

Ella, a lo lejos, también en sus sueños, pudo sentir esa caricia.

2 comentarios:

Vicente Ant. Peña dijo...

wow ya eres casi una escritora como siempre has querido ser, esto que escribiste es literatura erotica yo nunca crei que te fueras a ir por ahi, esos significa que estas creciendo, ya eres toda una mujer y casi periodista. Nunca olvides que te quiero mucho aunque tengo mucho que no te veo. cuidate.

Sushu dijo...

bonita ilustracion